A sus tres años, Ophelia Morgan-Dew registró 171 puntos de CI, cuando la media obtenida por la población es de 100 (la mayoría está entre los 85 y los 115).
Esta puntuación incluso es mayor a los 160 que tenían Albert Einstein y Stephen Hawking, dos de las mentes más brillantes de la historia.
Ophelia es parte del 0.03% de la población con mayor “poder cerebral”. Puede recordar cosas que le ocurrieron antes de cumplir un año de edad, habla como adulta y es la británica más joven en ingresar a Mensa, sociedad internacional para superdotados.
“Cuando nuestra hija tenía unos ocho meses, nos dimos cuenta de lo brillante que podía ser. Empezó a decir los colores, las letras y los números muy pronto, en comparación con la mayoría de los niños”… mencionó su mamá, Natalie Morgan.
En opinión de Ben Dew, su padre, el alto coeficiente intelectual de Ophelia no le impide ser una niña normal:
Le gusta corretear y jugar con sus primos, saltar en colchonetas… Cosas normales en un niña a esa edad”
Quizá la única diferencia, dice Ben, es que su hija entiende las cosas con mayor velocidad.
“Parece que comprende y asimila todo mucho más rápido de lo normal (…) es como hablar con una persona de 19 años. Se puede mantener con ella una conversación adecuada, desarrolla sus propias ideas”.